martes, abril 23, 2013

Coaching para Jóvenes y Adultos con Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.


Capítulo 1

PRIMERA SEMANA


El cerebro y el ejercicio

Cuando no puedas correr trota, cuando no puedas trotar camina, cuando no puedas caminar usa el bastón pero nunca te detengas.
Madre Teresa de Calcuta

El TDAH es una condición con un fuerte componente biológico. La neurofisiología es la avenida que conduce a controlar síntomas del TDAH. Uno de los medios para influir sobre la neurofisiología consiste en los fármacos, pero no es el único. También cambiar la manera de utilizar el sistema muscular: se puede modificar la postura, las expresiones faciales, la respiración. Además influyen positivamente en nuestra fisiología la combinación eficaz de alimentos y la respiración.

Doy por supuesto que te decides a limpiar y nutrir bien tu cuerpo. En este capítulo contemplaremos una de las bases de la neurofisiología sana: el ejercicio físico.

La energía es el combustible del cambio. Por mucho que cambies tus modos de pensar si tienes la neurofisiología alterada, el cerebro recibirá representaciones mentales poco claras. En realidad, no será probable que tengas muchas ganas de poner en práctica lo que hayas aprendido.

Aunque uno tenga el mejor vehículo deportivo del mundo, si pretendes que funcione con vodka no correrá. Y aunque tengas el mejor vehículo y el combustible adecuado, si las bujías no dan chispa correctamente, el rendimiento no será el mejor. En este capítulo compartiremos algunas ideas sobre la energía y concentración mental y sobre cómo elevarla a través del deporte. Cuanto más alto el nivel de energía, más eficiente será tu organismo. Y cuanto más eficiente sea, mejor te sentirás y más aplicarás tu talento a la obtención de mejores resultados.

Muchos encuentran el iniciar y mantener una rutina de ejercicios es algo muy difícil. Pero, según nuestro enfoque, para las personas con TDAH, es casi imprescindible. En las personas con TDAH, el ejercicio aumenta la atención y disminuye la impulsividad, hay menos necesidad de moverse y desplazarse, y hay una mayor claridad mental y concentración.

METAS DEL CAPÍTULO 1

·         Conocer las ventajas cognitivas del ejercicio en el TDAH

·         Identificar algunas de las barreras que nos impiden tener una vida con más actividad física.

·         Presentar un programa sistemático para hacer deporte


Los beneficios “mentales” del ejercicio en adultos TDAH.

Aunque los efectos positivos del deporte y la actividad física se conocen desde hace ya largo tiempo, su aplicación a la promoción de la salud del cerebro de las personas sigue siendo limitada. Aparte de los impactos directos que tiene sobre el organismo (fortalecimiento del sistema cardiovascular, aumento de la masa muscular, mejoramiento del estado físico) equilibra estados de ánimo y aclara el pensamiento.

El ejercicio combate las hormonas del estrés y ayuda en la producción de antioxidantes. El ejercicio continuado mejora la ansiedad, el pánico y el estrés casi como los medicamentos. Si mueves tu cuerpo, se engaña al cerebro en el que sale de la hibernación y reduce los síntomas de la depresión.

Para los fumadores que intentan dejar de fumar, 5 minutos pueden ayudar con la irritabilidad asociada. Los mayores de 60 años que hacen ejercicio regularmente de 60 a 70 por ciento de su ritmo cardíaco máximo condujo a un aumento de tamaño de la corteza del cerebro.

Para las mujeres, un beneficio adicional de las actividades aeróbicas es que pueden reducir los niveles de los síntomas premenstruales.

Aunque esta es buena noticia para todos, es aún mejor para ese 3-5% de la población diagnosticada con el Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad. Aunque el ejercicio no necesariamente reemplace el medicamento, puede ayudar al tratamiento de síntomas que acompañan el TDA/H, como depresión y algunos otros desórdenes.

Existe un fuerte acopio de investigación que demuestra el fuerte rol del ejercicio en el tratamiento de síntomas asociados con el TDA/H, esto ayudándoles a las personas con TDA/H una sensación de dominio sobre la condición, otorgándoles un sentimiento de logro e incrementando de manera positiva la autoestima.

El ejercicio mejora la norepinefrina y la dopamina en el cerebro, que son exactamente los neurotransmisores sobre los que actúan los medicamentos para el TDAH. El ejercicio disminuye el deseo de uso de sustancias. Además se obtienen beneficios adicionales al introducir más estructura y rutina en la vida diaria.

Dentro de los tipos de actividad física la aeróbica la más efectiva. La actividad aeróbica es cualquier ejercicio que te haga sudar: correr, andar en bicicleta, spinning, patines, nadar, etc.
El ejercicio aeróbico intenso causa un surgimiento de energía positiva, acompañada por una alteración de los químicos del cerebro que pueden incrementar el vigor, mejorar el ánimo y la creatividad, bajar la tensión, fatiga, enojo y depresión.

La ansiedad es el otro síntoma que se ve beneficiado por los efectos del ejercicio. El ejercicio aeróbico reduce los sentimientos de ansiedad al provocar una activación diferencial hemisférica en el cerebro. El realizar regularmente ejercicio aeróbico también incrementa la oxigenación e irrigación sanguínea del cerebro, lo cual provoca muchos efectos beneficiosos.

El cerebro eventualmente tiene más vasos sanguíneos creciendo e incrementando la demanda de más sangre y esto desarrolla una circulación colateral que puede proteger al cuerpo de un ataque cardíaco. Recientes investigaciones muestran que el incrementar el flujo sanguíneo libera el factor de crecimiento del cerebro.

El cerebro adulto, a los menos ciertos partes, del mismo, es casi tan maleable como el del niño, pero hay una ley de hierro: lo que no se usa se pierde. Nuestro cerebro está diseñado para la acción; la pereza y la rutina lo intoxican.

Por plasticidad cerebral se entiende la capacidad del sistema nervioso central para adaptarse continuamente a circunstancias cambiantes, esto sucede en todos los cerebros cada vez que aprendemos algo nuevo, y el ejercicio físico contribuye.
El ejercicio físico puede potenciar la función cerebral, mejorar el estado de ánimo e incrementar el aprendizaje.

Un nuevo beneficio se suma a la lista de hacer ejercicio: perder peso. Unos kilos de menos ayudarían también a poder concentrarse más y a la memoria en general. Es el principal hallazgo de un estudio realizado por la Universidad Estatal de Kent que estudiaron a 150 pacientes con obesidad. No sólo el cuerpo se beneficia sin el sobrepeso, sino que también la mente.

¿Por qué quiero, pero no puedo?

Ahora sabes que el ejercicio es bueno para la mente y el cuerpo, incluso quieres hacer ejercicio, pero no lo haces.

Suceden muchas cosas entre proponerse algo y hacer un cambio de comportamiento. Para la mayoría de las personas que desean hacer cambios duraderos, la línea de del éxito no es una recta. Todo cambio pasa por seis fases.

Para tener éxito en nuestros propósitos hay que "pasar de la etapa actual a la siguiente."

Estas son las etapas que se relacionan hacer ejercicio:

Precontemplación.
Si no tienes la intención de tomar medidas para hacer ejercicio, estás en la etapa de precontemplación. Durante esta etapa, aún no estás preparado. Puede que necesites más información para ayudarte a despertar el interés.
Contemplación.
Estás pensando en tomar medidas para hacer ejercicio en los próximos seis meses. En esta etapa es útil que medites sobre pros y los contras de hacer ejercicio. Esto puede ayudarte a identificar las barreras personales, puede ser, por ejemplo, que te avergüence que te vean tus vecinos corriendo o que el hacer ejercicio es algo que se te impone y no has elegido tú. En esta etapa puede ser conveniente proyectarte hacia el futuro e imaginar lo que tu vida sería si logras tu objetivo de hacer ejercicio (y si no lo haces).
Preparación.
En esta etapa tienes previsto tomar medidas para hacer ejercicio en el próximo mes a seis meses. Durante esta etapa es importante establecer metas claramente, sostenibles y medibles. Aquí está un ejemplo de un buen objetivo: "Andaré por media hora después de la cena todos los lunes, miércoles y viernes". Compara esto con un objetivo débil. "Voy a hacer más ejercicio"
Otro signo de un objetivo bien formado es que encaja con tus "objetivos de vida en general". Si odias las mañanas y decides madrugar todos los días para salir a correr es probable que esa idea sea una receta para el fracaso.
Acción.
En esta etapa has tomado medidas en los últimos seis meses, pero no has resuelto tus dificultades con la falta de ejercicio. Estar atento durante esta etapa es primordial. Es probable que caigas en la tentación de abandonar tus buenas prácticas. Si te has ido fuera de pista, vuelves ha comenzar de nuevo.
De mantenimiento.
En esta etapa eres capaz de decir que has sido constante con la práctica de ejercicio desde por lo menos hace seis meses. Los nuevos hábitos se integran a través de la repetición, la conciencia constante y la rendición de cuentas, es importante recordar que durante esta etapa, la clave está en practicar, practicar y practicar.
Terminación.
Aquí has logrado el sueño de "cambio de comportamiento" el hacer ejercicio se ha convertido en un "hábito", que ya no requiere una batalla interna.

Algunas barreras que nos impiden hacer ejercicio
Tomar la decisión de hacer ejercicio regularmente lleva a un frustrante ciclo que se inicia con buenas intenciones, pero que no tiene continuidad.

¿Por qué es así? Los cambios que quieres hacer deben producirse dentro de un escenario en el que tienes otras prioridades e influencias, como son la sensación de hambre, el deseo de consuelo, las emociones desagradables, las expectativas de otros y las responsabilidades familiares y de trabajo.
Una vez analizados todos estos factores y tu experiencia pasada, queda claro que hacer ejercicios no es tu único objetivo.

¿Por qué en el pasado no pudiste cambiar hábitos de vida? Puedes pensar que se debe a la pereza, al cansancio, o a que simplemente estás muy ocupado. Desgraciadamente, estas explicaciones son demasiado simples y, a menudo, dilatan la solución del problema.

Además, no te ayudan a saber qué es lo que debes hacer de forma distinta. Según sea tu carácter, puedes pasar desde aceptar una explicación, a enfadarte o, simplemente, rendirte.

Hay diversas razones que te llevan a alejarte del camino, actuando impulsivamente ante sensaciones incómodas, reaccionando de forma áspera frente a tus errores o dirigiendo tu atención y energía hacia las expectativas de otras personas.

Una vez identificadas las barreras que te impiden seguir el camino analizándolas fríamente, estarás en posición de atacar eficazmente el problema, en lugar de esconderlo enterrado en tu frustración y continuas desilusiones.

Para conseguir éxito en un proyecto, es necesario que se realicen bien varias cosas. Entre otros factores, debes saber:

1.- Lo que hay que hacer.
2.- Para qué se hace.
3.- Cuál es la meta última.
4.- Controlar las posibles distracciones y mantener alta la confianza.

Una barrera se produce cuando tienes dificultades en áreas que te impide seguir el camino que te has trazado. Cada barrera muestra un elemento importante que hay que cambiar para tener éxito.
Las dificultades que surgen en cada área pueden provocar frustración, sobre todo si no se entienden o no se identifican. Te animamos a que veas cada barrera como una oportunidad para entender, aprender, confrontar y superarlo.

1ª Barrera: No estás verdaderamente preparado para hacer ejercicio.
A lo mejor estás pensando que el plan de ejercicios se conseguirá solo con proponértelo. Quizás has empezado demasiado pronto sin estar preparado para el cambio. O quizás no valoras tu salud lo suficiente como para pensar que una de tus prioridades es tener un estilo de vida saludable para tu cerebro.
Soluciones
-Haz una lista de pros y contras de hacer ejercicio.
-Haz real tu futuro, considera de forma objetiva que es lo que puede suceder si mantienes el modelo de vida actual.
-Con el fin de evitar que empieces sin estar preparado, ponte a prueba con una meta a corto plazo y prepárate para ella y para los cambios que sean necesarios con el fin de conseguirla.
Usa sistemas visuales como un gráfico con los días que haces ejercicio para ir viendo tus progresos.

2ª Barrera: Tiendo a perder los objetos que necesito para hacer ejercicio.
 Para hacer cualquier tipo de actividad física se requiere organización. Por ejemplo, tener las zapatillas y la ropa deportiva a mano. Hacer y deshacer el bolso deportivo.
Soluciones:
- Deja la ropa deportiva preparada el día anterior.
- Coloca la ropa en un lugar que te recuerde lo que tienes planeado hacer.
- Si vas a ir al gimnasio haz una lista de las cosas que tienes que llevar: ropa deportiva, ropa de muda, toalla, elementos de higiene, ¡la llave de la taquilla!, dinero, las llaves de tu casa…
- Conoce tu bolso del gimnasio. Piensa dónde irá la ropa limpia, la ropa sucia, y la ropa húmeda. Puede que tengas que llevar la tarjeta de socio, el candado de la taquilla, tus documentos…
- Deshace el bolso del gimnasio cuando llegues a casa y coloca los objetos y la ropa sucia y/o mojada en el lugar que corresponda.
- Reacciona de manera positiva ante tus errores. Si olvidas la llave de la taquilla, toma nota para la próxima vez. Y si te vuelve a pasar, escribe los pasos, visualízate haciéndolo de la manera correcta y toma nota para la próxima vez... Y si te vuelve a pasar, toma nota para la próxima vez..., el único error es rendirse

3ª barrera: No tengo tiempo para hacer ejercicio
La falta de tiempo es un obstáculo común, pero puede solucionarse. Pregúntese cuánto ve televisión o pasa conectado a Internet y trate de definir prioridades.
Soluciones:
- Levántate antes y haz una breve caminata.
- Usa las escaleras en vez del ascensor, al menos por unos pocos pisos.
- Establece un horario con un amigo para compartir actividad física regularmente.
- Desarrolla una rutina que puedas hacer en casa. Mientras miras TV o lees, camina en una cinta o use una bicicleta fija.

4ª barrera: Estoy demasiado cansado para hacer ejercicio.
Mucha gente descubre que está menos cansada una vez que se ha embarcado en un programa regular de ejercicio. Una actividad física regular da más energía.
Soluciones:
- Empieza despacio. Recuerda que un poquito de movimiento es mejor que nada.
- Haz ejercicio de mañana. Esto te dará más energía durante todo el día.
- Cuando vuelvas del trabajo, no te sientes a ver TV o a leer el diario. Ponte las zapatillas y sal a caminar o está en movimiento.

5ª barrera: El ejercicio no me gusta
Mucha gente siente que la actividad física es aburrida o molesta. Entre las numerosas alternativas, hallará alguna que disfrutes. Busca, experimenta: encontrarás.
Soluciones:
- No te concentres solo en el movimiento. Mientras haces actividad física puedes trabajar en el jardín, estar con amigos, bailar o expresarte con el cuerpo. La manera en que encuadres mentalmente el ejercicio puede cambiar mucho las cosas.
- Mezcla actividades. No te sientas atado a una sola opción, como caminar. También puedes nadar, jugar al fútbol con tu hijo, o andar en bici.
- Escucha música al hacer ejercicio. Las personas con TDAH llevan muy bien el lograr sintonizar música, ritmo y el movimiento del cuerpo. Estimula el cerebro y hace pasar más rápido el tiempo.
- Piensa en el tiempo de actividad como en tiempo para ti: te hará sentir mejor.
-Prueba algún videojuego de ejercicios, como por ejemplo los de la consola Wii.

6ª barrera: Tengo muchos años para el ejercicio. ¿Y si me hace mal?
Nadie tiene muchos años ni está demasiado excedido. La actividad física moderada ayuda a mantener el peso y demora enfermedades asociadas con la edad. Eso sí: consulta al médico antes de empezar.
Soluciones:
- Empieza lentamente y acostúmbrate al aumento de actividad, en forma gradual.
- Caminar es bueno para empezar. También, bicicleta fija o ejercicios en el agua.
- Haz estiramiento. La flexibilidad mejora la movilidad en articulaciones y músculos.
- Considera ejercicios de poca resistencia, como el uso de bandas elásticas.
- El dolor muscular después del ejercicio es común, especialmente al principio. Si duele durante, puede ser un motivo de alarma.

7ª barrera: Empiezo con entusiasmo, pero no lo mantengo
Un error habitual es comenzar un programa de intensidad demasiado alta y que progresa muy rápido. Si el cuerpo no está habituado, se puede sentir dolor y rigidez. El aburrimiento es otro enemigo.
Soluciones:
- Evite lo tradicional: quizás te entusiasma más una clase de boxeo o spinning.
- Define si prefiere las actividades individuales o en grupo, y luego elige.
- Va paso a paso. Sé realista, establece metas que puedas cumplir. Una a corto plazo puede ser subir por la escalera en lugar del ascensor, tres veces por semana.
- Además ponte metas a largo plazo, como correr 5 kilómetros. Anótalas para ayudarte a lograrlas.

8ª barrera: Me preocupa parecer ridículo mientras hago ejercicio.
Trata de dejar de lado esos pensamientos. Una vez que hayas empezado, descubrirás que el ejercicio no es tan vergonzoso como supusiste.
Soluciones:
- Tu incomodidad desaparecerá a medida que ganes confianza.
- Ejercita a la mañana temprano, cuando hay menos gente.
- Trata de practicar algo en tu casa.
- Inscríbete en una clase de gimnasia con otras personas que quieran ponerse en forma.

9ª barrera: El ejercicio me da hambre
La gente puede comer un poco más cuando empieza a hacer ejercicio. No tiene nada de malo, pero no hay que arruinar todos los beneficios ingiriendo demasiados alimentos con muchas calorías.
Soluciones:
- Antes del ejercicio, come alimentos como pan integral, pasta o arroz integral.
-Prepara una ingesta saludable para después: fruta, yogur o galletas integrales.
- Bebe mucha agua antes, durante y después.

Existen motivaciones ocultas que nos sacan del camino del ejercicio físico.
Para saber si no tienes claros tus objetivos ni tu plan de acción, pregúntate ¿En qué lugar de la lista de prioridades está el hacer ejercicio?

Para saber si está actuando el desahogo de librarse de sensaciones molestas, pregúntate ¿con qué frecuencia utilizo la comida, el alcohol, el tirarme en la cama, el ver televisión o jugar a los videojuegos, para reconfortarme cuando me siento mal?

Para saber si está actuando la necesidad de autonomía, pregúntate ¿pienso que el ejercicio es algo que debo hacer presionado por otros y no es una elección que he hecho libremente?

Para saber si está actuando la necesidad de evitar los riesgos de estar más sano, pregúntate ¿cómo puede cambiar para peor mi vida si me encuentro más fuerte y más sano?

Para saber si está actuando la necesidad de tener una válvula de escape, pregúntate ¿con qué frecuencia reviso cuáles son mis necesidades y deseos personales?

Para saber si está actuando la necesidad de evitar conflictos con otros, pregúntate ¿dejo de hacer ejercicio por no ser capaz de decir no a los requerimientos de otro?

Tarea de refuerzo
Si deseas comprender, ¡haz!

Plan progresivo de 12 pasos para ponerse a correr

Todos los deportes y todo tipo de actividad física son beneficiosos para las personas con TDAH. Sin embargo, de todos los ejercicios, los de tipo aeróbico parecen ser los más efectivos. Correr, nadar, caminar rápido, andar en bicicleta, jugar al fútbol, etc, son actividades aeróbicas.

Si has pasado de la etapa de precontemplación y tienes en mente ponerte a hacer ejercicio te mostramos un plan progresivo para ponerse a correr. Para correr sólo necesitas zapatillas, tiempo, y ya puedes empezar saliendo del portal de tu casa.
Si no está entre tus planes empezar a correr, puedes saltarte esta parte e ir directamente a los otros capítulos del libro.

¡A correr!

¡Felicitaciones! Si te has decido de empezar a correr tienes nuevas experiencias y momentos fantásticos por delante. Vas a notar un progreso rápido que también afectará tu estado de ánimo en otras ocasiones. ¿Cuáles son las cosas que necesitas saber para tomar los primeros pasos de decisión a acción?....

PARTE DEL CAPÏTULO 1 DEL LIBRO : Bravo, Jorge Orrego. (2012). Coaching TDAH: Coaching para Jóvenes y Adultos con Déficit de Atención con o sin Hiperactividad.



http://www.atencion.org